¡Abracémonos!...que crujan los huesos, que salten las lágrimas, que
todo quede atrás y avancemos hacia otro ciclo, diferente…hacia otras compañías
y diversos lugares, descubramos lo
que queda por destapar, vivamos, y adornémoslo todo con velas, con bolas rojas,
como pecas que acompañan sonrisas, las sonrisas de verdad …¡bailemos!...movámonos para seguir sintiéndonos vivos, demos palmas, lloremos de risa……¡besémonos!...despertemos en otro año, con tapones descorchados, con
sábanas blancas, con pétalos, con hojas de pascuero…¡disfrutemos!.
sábado, 31 de diciembre de 2011
lunes, 26 de diciembre de 2011
La gente pato
Voy a escribir un poco sobre la
gente pato.
Como
ya te he dicho en otras ocasiones, el terreno de la fábrica donde trabajo es
muy grande y tiene un bosquecillo y un estanque. Es un buen lugar para pasear.
El estanque es bastante grande y allí viven unos patos. Una docena en total. No
sé qué constitución familiar tiene esa gente. Aún no los he visto pelearse
nunca aunque imagino que debe de haber cosas del tipo <<me llevo bien con
aquél, pero no con el otro>>, y demás.(…)
Últimamente me
acerco siempre los fines de semana y mato el tiempo mirando a la gente pato.
Observándolos, se me pasan volando dos o tres horas. Vengo bien equipada con
mallas, gorra, bufanda, botas, abrigo de piel, igual que un cazador de osos
polares. Me siento en una piedra y observo sola, sin pensar en nada, a la gente
pato durante horas y horas. A veces les doy trozos de pan duro. Aquí no hay
nadie tan curioso ni despreocupado como yo.
Pero lo que tú
quizá no sepas, señor pájaro-que-da-cuerda,
es que los patos son gente divertida. Por más tiempo que pase, no me canso de
mirarlos. No entiendo como las demás chicas se desplazan lejos y pagan dinero
para ver películas aburridas en vez de interesarse por esta gente. Los patos
vienen volando, por ejemplo, aterrizan sobre el hielo y, a veces, resbalan y se
caen. Como en un programa cómico de la televisión. Mirándolos yo me río sola.
La gente pato no lo hace para que me ría, por supuesto. Se toman muy en serio
su vida, pero resbalan y acaban cayéndose, ¿no te parece fantástico?
La gente pato
que hay aquí tiene unas patas monas y planas de color naranja, como las botas
de agua de los niños de enseñanza primaria, pero parece que no están hechas
para caminar sobre el hielo, todos resbalan. A veces se caen de culo. Y es que,
seguramente, no tienen ningún sistema antideslizante. Así que el invierno no
debe de ser una estación muy divertida para la gente pato. No sé qué piensa en
el fondo esa gente respecto del hielo. Pero no creo que vayan echando pestes.
Observándola me da esa sensación. Parece que disfrutan de la vida, incluso en
invierno, rezongando: <<¡Uff! Otra vez el hielo. ¡Qué le vamos a
hacer!>>. A mí me gusta la gente pato. (…)
La nieve que cayó hace unos
días se ha helado en el camino del bosque y al pisarla se rompe crujiendo bajo
los zapatos. (…) Cuando camino con el cuello del abrigo levantado, la bufanda
enrollada alrededor del cuello, echando el aliento blanco, llevando un pan en
el bolsillo y pensado en unas cosas y otras sobre la gente pato, me siento
alegre y feliz. Hasta el punto de pensar que hacía tiempo que no experimentaba
esta sensación de felicidad.
Y dejo de
escribir sobre la gente pato.
Letras
de Haruki Murakami en Crónica del pájaro
que da cuerda al mundo.
jueves, 22 de diciembre de 2011
Barcelona
Barna se escurre para retratarse como un todo. Es una ciudad en la que todos los elementos encajan a la perfección, todo es y está en su sitio cumpliendo su función, y eso, la hace realmente atractiva a las miradas. Todas ellas tienen algo, todas dirigen hacia algún lugar, un lugar gaudiniano repleto de pequeños trencadís de color.
miércoles, 14 de diciembre de 2011
Ilusiona
Reconforta escuchar
y observar la carita de un adulto, mientras reconstruye con la mirada perdida
una escena de su infancia, van colocando pieza a pieza los fotogramas asimilados
en su memoria, intentado establecer las conexiones para darle continuidad, a pesar
de los espacios vacíos. Denota felicidad. Ilusiona.
Garantía de
felicidad o no, a veces justifica acontecimientos presentes…¿es que tuvo mala infancia? Pregunta algún mayor, si la respuesta
es afirmativa, los demás parecen entender mucho mejor el porqué de lo ocurrido, aunque de una catástrofe se trate.
Yo no soy muy de
recordar, me noto esquivando el pasado más lejano, no porque fuese malo, sino
porque quizá hay matices que no me apetece revivir, por si al compararlo con el
presente, lo tiñen de amargor, un amargor gris.
domingo, 11 de diciembre de 2011
jueves, 8 de diciembre de 2011
sábado, 3 de diciembre de 2011
Pupilas azabache
Su infancia es sencilla, va contando momentos felices con granos de
arena. Los guarda en una bolsa infinitamente pequeña donde, en cambio, cabría
lo infinitamente grande. Su felicidad no se refleja en las pupilas azabache
porque no ha calado hondo; hondo han llegado el hambre, la madurez temprana, la
falta de recursos. La picardía para encontrarlos. Quizá vive impregnado por la
tristeza. Por una melancolía rotunda de ir más allá de donde su vista alcanza a
distinguir.
Las dos motas de su mirada es lo más parecido que tiene a los sueños y
a la esperanza: ilusión de que este retrato llegue lejos para enseñarnos una
realidad que no es la nuestra pero de la que somos cómplices. Y nos grita,
apretando los labios, que le salvemos… pero nadie se mueve. Todo lo llena un
silencio en blanco y negro.
Letras de Verónica Criado en Tardes
de humo y vino.
miércoles, 30 de noviembre de 2011
Aunque mires por la ventana.
De un tiempo a esta parte, me he
repetido para mis adentros “esto
es cosa del karma”, “el karma me lo recompensará”.... Esta
especie de fuerza espiritual, invisible e inmensurable, depende de cómo
actuamos. Es como una ley causa-efecto, que se inicia por determinadas acciones.
No sé cuando inicié el ciclo, pero parece, que al repetirlo tanto en mi mente, se ha
puesto en marcha el solito y avanza por buen camino. Lo he cultivado a conciencia a
ratos, a veces un poco sin querer, y he terminado creyéndomelo. O eso creo.
Ahora mi efecto es contemplarte, a mi antojo. Aunque mires por la ventana. Deshilachar tus movimientos, no inventarlos, no tener que soñarlo.
viernes, 25 de noviembre de 2011
Incluso tres
-¿Puedo pedirte dos favores?
-Incluso tres.
Naoko sacudió la cabeza
sonriendo.
-Con dos es suficiente. El
primero es que te agradezco que vengas a verme. Estoy muy contenta y me…me
ayuda mucho. Quizá no lo parezca, pero es así.
-Volveré a venir –dije-. ¿Y el
otro?
-Que te acuerdes de mí. ¿Te
acordarás siempre de que existo y de que he estado a tu lado?
-Me acordaré siempre.
Ella prosiguió la marcha sin más,
en silencio. La luz del otoño se filtraba a través de las copas de los árboles
y danzaba sobre los hombros de su chaqueta.(…) Yo la seguía dos o tres pasos
por detrás.
Letras de Haruki Murakami en Tokio
Blues (Norwegian Wood).
sábado, 19 de noviembre de 2011
domingo, 13 de noviembre de 2011
Venecia
Esta ciudad abrumadora, invita
a perderte entre sus callejones, a rectificar el encuadre perennemente. Por
momentos olvidas tópicos tan enraizados en ella, y se inmortalizan en blanco y
negro otras figuras para compensar el platillo de la balanza dónde máscaras y góndolas, no están.
Al final, uniendo figuras,
se perfila la palabra, ella solita, Venecia.
martes, 8 de noviembre de 2011
La Otra Frontera
Vivimos asumiendo que nadie
conoce nuestro contexto, nuestra situación geográfica. Desconocidos incluso ante territorios suficientemente
cercanos. Da pena pensarlo. Da pena que no sepan de buena tinta que aquí los
rayos del sol inciden de manera distinta y nuestra luz es particular, nuestro
azul es distinto a todos los demás. Da pena que sólo se conozca una frontera de nueve metros de altura, la menos importante, y pasen desapercibidos otros lindes, los infinitos, los del color, los de las nubes.
¡¡Con lo bonitas que son las nubes!!
domingo, 6 de noviembre de 2011
Umbrales
“Así, pues, ahora, a la mitad del
camino, volveré la cabeza hacia atrás y hacia delante, vaciando mis bienes en
el suelo: enumerando y alineando objetos viejos, rozados y pulidos por el
tiempo, o aún cerrados, enigmáticos, como una pequeña caja de madera. Ya, unos
y otros, han astillado o quemado el marco de madera de la puerta donde marcaron
con muescas nuestro crecer, año tras año. Otros umbrales cruzaré, seguramente,
en cuantos años queden.”
Letras de Ana María Matute en El río.
jueves, 3 de noviembre de 2011
...Así, sin más.
Voy a ponerme
romántico, sí.
Almacenaré en mi retina los
bellos instantes y obviaré los demás. Hacen saltar las chispas, perpetúan la
llama. Pienso quedarme con ellos mucho tiempo. Olvidemos el que vendrá, centrémonos en el ahora. Cerremos el telón del pasado mañana, fluyamos, deslicémonos
por la ola que surge del último suspiro de un segundo y dejemos que nos
transporte mecido hasta el siguiente…así, sin más.
miércoles, 26 de octubre de 2011
Pérdida y Conocimiento
Recuerdo este paseo en bicicleta
con la exactitud de un reloj atómico. Me perdí, tenía todo el tiempo del mundo
para volver, había anochecido. Las noches en los pueblos de holanda no son
arriesgadas. Todos están en casa, cenados. Yo daba vueltas en círculo, retrocedía
sobre mis pedaladas, volvía a perderme, pero la sonrisa no desaparecía. La
noción del tiempo cambia cuando dejaste el reloj de pulsera en la mesilla de
noche, ahí comienza el verdadero viaje.
Al toparme con las luces de las
bicicletas de los lugareños, me fijaba en sus pedales, más naturales, casi sin
esfuerzo y les sonreía. Ellos devolvían la sonrisa.
Ahora siento que me acerco a ése
estado de ánimo que me proporciona viajar y se me quita el sueño, me deslizo en
pensamientos, recuerdos, instantáneas realizadas… pero esta vez con una
sensación de vacío, la de escarbar raíces echadas, la de la mirada atrás, es
extraño.
Me vienen a la mente los pájaros de Juan Ramón Carneros y una viñeta que se viene conmigo:
“No hay vuelo ni viaje
que no suponga al mismo tiempo
una pérdida y un conocimiento”
sábado, 22 de octubre de 2011
Y los que quedan.
Acostumbro a mirar por la ventana
mientras desayuno, cada día. Me hago una idea general de cómo será el día
observando mi calle, es difícil explicar que no espío a la gente, no
individualmente, es una medida que engloba muchos elementos, … las
caras me hablan, por sus expresiones, de la calidad del día que me toca
vivir.
Fallo a menudo.
Costumbre o manía me ayuda a restaurarme
mentalmente, y a despertar, sorbito a sorbito. Odio un café templado.
Ésta vez, tras una ventana, llueve y
atardece. Disfruto detrás del cristal y de las lentes. Mido, calibro,
compongo y recompongo,… toca esperar a la oscuridad con la extraña sensación de
estar desperdiciando algo, lo siento fríamente centímetro a centímetro durante el
descenso del sol, se disipa otro día, otra luz.
Ya son más de diez mil…
y los que quedan.
y los que quedan.
viernes, 21 de octubre de 2011
Abuelita
La elegancia es un duro adiestramiento, una pose ficticia, impropia de
los más pequeños. A nosotros, muy perfumados y muy guapos los domingos a medio
día, ganas nos daban de saltar en los grandes sofás del enorme salón, pero era pecado.
Yo fisgoneaba todo,
minuciosamente, sin tocar,…,quizá desarrollé en su casa una de mis virtudes,
si así puede considerarse ser observador.
Existen abuelas, que pellizcan y
besan los mofletes de sus nietos hasta escuchar “aiiii”, yo no es que lo echara de menos, sencillamente, no era el
caso. Tampoco abuela era el término
adecuado, “abuelita” estaba mejor, abuela pequeñita.
Envidio su perseverancia hasta el
final, nieve, llueva o granice. A catástrofes ha sobrevivido. Práctica o no,
ella nos intenta cuidar a su manera. Lamenta a menudo, no haber hecho las cosas
de otra forma, regresa al pasado, lo esboza con una soltura que muchos quisieran,
detalla esas escenas con una perfección que trastoca al oyente y suele preguntarse…¿pero yo había nacido? , sólo por
situarse en la década correcta. A ratos lamenta en demasía, quizás lo de abuelita le reste energías, y ella no se ha dado cuenta...
Por sus raíces castellanas de versos se nutre, siempre la recordaré recitándome éste:
«¡Beban otros las burbujas
de esa champaña extranjera!
¡Yo prefiero las agujas
del vino de la Ribera!
Sin desdeñar lo extranjero
en vino y arte prefiero
lo netamente español.
Me gusta la manzanilla,
las mujeres con mantilla
y el rasgar de una guitarra
bajo el toldo de una parra
en una tarde de sol.
Y en la austeridad severa
de una estancia castellana,
sorprender una mañana
toda el alma de Castilla
dentro de una serranilla
del Marqués de Santillana
y en la gracia soberana
de una estrofa de Zorrilla.
¡Oh, Castilla, mi Castilla!
mi rancio suelo español...
mis romances de Zorrilla,
mi caña de manzanilla
hecha con hebras de sol.
Te aseguro que no envidio
otras patrias ni otros cielos,
yo prefiero, como Ovidio
el solar de mis abuelos.
Cambio toda la elegancia
de tus vestidos de Francia,
todos los ricos tesoros
de tus plumas o tus pieles
por el ramo de claveles
que tú llevas a los toros.
Más que todos los sombreros,
más que todas las diademas
que inventaran los joyeros,
me gusta la maravilla
del marco de tu mantilla,
cuando te miro apoyada
sobre una capa bordada
tendida en tu barandilla
de delantera de grada.
Me gustas por lo arrogante,
me gustas por tu constante
desplante de chulería,
me gustas por cariñosa,
¡me places por religiosa!,
me seduces por celosa
y me encantas por bravía.
Te quiero por tu alegría,
por tu gracia macarena,
por tu mirada serena
y tus labios de amapola,
te adoro por ser morena
y porque eres…¡española!»
domingo, 16 de octubre de 2011
53 minutos
XXIII
--Buenos días –dijo el principito.
--Buenos días –dijo el mercader.
Era un mercader de píldoras
especiales que aplacan la sed. Se toma una por semana y ya no se siente
necesidad de beber.
--¿Por qué vendes eso? –dijo el
principito.
--Es una gran economía de tiempo
–dijo el mercader -. Los expertos han hecho cálculos. Se ahorran cincuenta y
tres minutos por semana.
--¿Y qué se hace con esos
cincuenta y tres minutos?
--Se hace lo que se quiere…
<<Yo –se dijo el
principito-, si tuviera cincuenta
y tres minutos para gastar, caminaría tranquilamente hacia una fuente…>>
Letras de Antoine de Saint-Exupéry en El principito .
jueves, 13 de octubre de 2011
lunes, 10 de octubre de 2011
No está tan claro...
Me parecía casi un delito,
robarle a los amaneceres su esencia, la paleta de colores pastel. Así que esta
vez, dejé que se apoderaran del amplio cielo gris.
Envidio, entre otras cosas, la
simplicidad en lo cotidiano, los tomates con tierra, el pan en horno de piedra,
el darle la espalda a un sol que se pone por el oeste, cae sobre el mar y se
desvanece entre líneas… la pérdida de la noción del tiempo.
No se vive de amaneceres, claro
está, o no está tan claro…¿verdad?
jueves, 6 de octubre de 2011
Autorretrato
Todo final tiene un
principio.
“Puede ser el principio del final” me dijeron un día, y en mi mente
quedó tallado a fuego. Este final es un punto y a parte, un kit-kat temporal… o definitivo…chi lo sa, pero no me daré por vencido,
esta vez no, no apartaré el cuello al roce de unos labios, aunque cosquillas y
escalofríos me den sólo de pensarlo…
domingo, 2 de octubre de 2011
Camellitos de tela
Al principio no, pero luego te
topas con su mirada. Él quiere que lo veas, quiere enseñarte su trabajo, porque
a su corta edad, al llegar a casa, no explica qué juegos aprendió nuevos, quién
ganó, si metió el gol más bonito, o si esta triste porque perdió todas las
estampas, mientras sus padres piensan: “Con
lo a gusto que estábamos, ya viene éste a contarnos sus batallitas…que pesado
es a veces este niño”.
jueves, 29 de septiembre de 2011
Sosiego en las redes
Rabia me da la apatía
generalizada, rabia me da la queja continua y sin razón, rabia da el
egocentrismo consentido, con prevaricación y cohecho… ¡¡qué rabia!!...
Rabia es pensar que te mienten a
la cara y la sonrisa detrás del abrazo, rabia son las colmenas de cemento en
las que vivimos y lo material, rabia es la desesperación del no entendimiento, la
indecisión, rabia me da el aburrimiento y la vergüenza localizada sólo en
determinadas acciones, el no saber que hacer una mañana, el alcahueteo, el
pensamiento dirigido, el aspirar a la vida americana…
El pescador no conoce esa rabia,
conoce la rabia del hambre, del mal tiempo. No conoce la apatía, ni la queja.
No es egocéntrico sino autosuficiente. El aburrimiento y la vergüenza apenas se
asoman los días de nubes y calma chicha, de su que hacer cotidiano, diario y de
sol a sol. Su rabia es fruto de la no conformidad, es contraria a la derrota. Es coraje y desesperación, es la que nos hace falta.
Rabia, hoy es, la fuente que me
inspira.
“Rabia es la sangre que hierve por conseguir las metas de nuestra imaginación”
(Reincidentes – La rabia)
domingo, 25 de septiembre de 2011
El Hombre de La Pala (2)
Como lo prometido es deuda, la
entrada continua…
Os dije, que su sigilo
sorprendió, se aproximó como el que no quiere la cosa, como si con él no fuera
todo ese embrollo, como las cosas importantes, como un sueño placentero en las
siestas a destiempo, y son esas cosas las que te desentierran de la
cotidianidad, de la monotonía angustiosa en la que nos vemos atrapados, y de
pronto ¡plaf! Surge el color, las
sonrisas, las conversaciones hasta las mil de la madrugada, todo sucede limpio,
fresco, improvisado y certero, como un bonito baile de salsa y va uno soltando lastre, porqué no.
Sin este hombre y su pala, se nos
hubiera hecho de noche dentro del pozo, aunque nos la prometíamos muy felices
con neveras y bebidas fresquitas dentro, la anaranjada arena estaba al
mando de los acontecimientos, y si por ella fuera, hubiera acabado con nuestra
paciencia y con toda la bebida, por supuesto. Los demás no le dieron mucha
importancia, yo, hoy día, se lo sigo agradeciendo a mi manera… con blancos,
negros y pinceladas de color.
¡¡ Muchas Gracias Hombre de La Pala !!
martes, 20 de septiembre de 2011
domingo, 18 de septiembre de 2011
¿No te agobia?
El mar es el cielo terrenal.
Dicen que adquiere su azul del cielo, pero no es cierto. No da alegría, sino tranquilidad. Puede dormirte, en su orilla, como el que susurra una nana, o alertarte con su rugir, a veces se enfurece. Puedes observarlo, o hacer como el que lo observa mientras alimentas tus recuerdos embobado con el va y vén de sus olas.
Es dinámico, constante y poderoso.
He oído cientos de anéctodas a cerca del mar, hasta lo he echado de menos. No echas de menos el viento, ni la lluvia, ni la luna, pero al mar si. Una vez, en preciosas tierras del interior, alejadas de él, sin costa, tuve una conversación que aún recuerdo:
- ¿Te gusta la ciudad?, ¿Es increíble verdad?.
- Sí esta bien, pero llevamos andando casi tres horas, ascendiendo en altura y en el horizonte no veo el mar, ¿no te agobia?...
Es así, cárcel y libertad.
viernes, 16 de septiembre de 2011
Algo faltaba
Volvíamos de una estancia peculiar, limítrofe al desierto cálido más
grande del mundo. Y sí, impresiona. Al realizar esta instantánea, caí en la cuenta de que hacía días
que echaba de menos algo…al fin pude encontrar y reconocer ese elemento, en
este caso estaba en el cielo en forma de vapor, pero al menos existía, el agua.
miércoles, 14 de septiembre de 2011
Cosas de energía
Siento gran admiración por la
dueña de este astuto, noble y fiel compañero. Ella siempre fue la prefe, quizás por su jovialidad, por su
voz calma y dulce, por sus sonrisas, abrazos y caricias siempre tiernas, tanto
en los momentos de fuertes emociones como en lo simple y cotidiano. Éste Schnauzer gigante, bonachón y delicado si
supo intercambiar su extraordinaria energía con la prefe, él no se la perdió, no pudo ser tan torpe de dejar escapar
esa grandísima oportunidad. Hasta yo envidio a veces, no tenerla un poquito más
cerca, otros siquiera supieron valorar todas esas virtudes.
Un amanecer, relativamente
cercano, tuve el privilegio de pegarme un chapuzón y pasear por la orilla con
Tucán, y logré que se me pegara un poquito de esa positiva energía que ambos
transmiten. Cuando nos pusimos en camino para volver a casa, durante el trayecto descubrí al fin su truco, pude disfrutarlo, y el resto del día ya no fue en blanco y negro.
lunes, 12 de septiembre de 2011
El Globo de Color
Recuerdo el sonido de inflar globos como arma de doble filo. La molesta sensación de oír a los reyes magos en el salón, soplando tras disponer los regalitos ordenadamente en el lugar correspondiente a mis zapatos nuevos, me amedrentaba y hacía que me tapase hasta las orejas para no escuchar nada. Al mismo tiempo, me infundía ilusión por despertar a la mañana siguiente y observar, antes que ninguno, a través del cristal semi-translúcido el festival de colores, que me llevaba a sacar a empujones, literalmente, a los demás y abrir juntos las puertas para descubrir lo que el papel de regalo escondía en sus entrañas.
Esta vez es diferente, vamos a ir inflando poquito a poco el globo de color, para que de él vayan escapando diferentes pinceladas, matices, sentimientos,..., aunque al principio piquen los mofletes por dentro, aunque al principio sean tímidos y disimulen su presencia, espero que suelten lastre y asciendan, y logren teñir en ocasiones, el amplio cielo gris.
jueves, 8 de septiembre de 2011
Una calle cualquiera
Una calle cualquiera, instantes,
lo cotidiano. Lo días pasan incansables. Por el este lucen los primeros rayitos
de sol e irremediablemente se despiden de nosotros por el oeste, un día tras
otro, no cesan. Ocupar ese ciclo insaciable es una tarea que nos encomiendan
sin preguntar, y cada cual lo hace a su manera (el que puede).
A veces se pedalea cuesta arriba,
la mente se apelmaza y nos pesan las piernas,…, siempre llega una conversación,
una sonrisa, una anécdota, ese algo
que nos hace despertar del mal sueño, y todo nuestro ciclo vuelve a tener sentido, se desvanece el blanco y el
negro, la neblina y aparecen los colores…
Aparecerán.
martes, 6 de septiembre de 2011
"Sirena"
El primer retrato femenino va acompañado inevitablemente de una canción. Su voz nítida acompaña a su expresión, surge desde muy profundo, embauca y hechiza, como una sirena.
Ya la tarde se pone, sobre la olvidada barca
que en el vientre guarda un cuento, una sirena hechizada.
La olvidada barca, sueña con besar el agua
con hundir su cuerpo seco; entre las olas blancas.
Y que se apaguen las estrellas,
y que los peces se disfracen de reflejo
para no estorbar.
Yo me siento a su lado y la escucho quejarse,
y siendo el pescador:
"Dejame surcar una vez mas, por bajo guia;
dejame morir entre las olas, a la deriva;
deja que mi cuerpo de madera, se rompa con las olas bajo el sol;
dejame, dejame morir.......a la deriva.."
domingo, 4 de septiembre de 2011
Solarizando Amsterdam
Nunca imaginé su autenticidad, su
versatilidad, su juego, hasta que durante un viaje…plaff!!! agotada la batería digital me sentí tan impotente que se me ocurrió de inmediato descorchar el tapón de un nuevo carrete e
introducirlo en su verdadero hogar,
la cámara analógica (que por suerte llevaba de repuesto).
Desde el preciso momento en el cual se te rebobina por completo el rollo de película, el “click” está limitado por un número establecido (12, 24, 36…) y tu mente piensa y procesa información para otro tipo de "click", un “click selectivo” ya no vale todo, ya no hay un botón con un pequeño cubo de basura en la parte trasera de la carcasa, ya cada vez que el obturador abre sus puertas deja que la luz dibuje siluetas permanentes en el rollo de película oscuro y la cosa cambia…al menos para el que dispara…
Desde el preciso momento en el cual se te rebobina por completo el rollo de película, el “click” está limitado por un número establecido (12, 24, 36…) y tu mente piensa y procesa información para otro tipo de "click", un “click selectivo” ya no vale todo, ya no hay un botón con un pequeño cubo de basura en la parte trasera de la carcasa, ya cada vez que el obturador abre sus puertas deja que la luz dibuje siluetas permanentes en el rollo de película oscuro y la cosa cambia…al menos para el que dispara…
//Técnica de
solarización sobre papel semi-mate y brillante//
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