jueves, 8 de septiembre de 2011

Una calle cualquiera



Una calle cualquiera, instantes, lo cotidiano. Lo días pasan incansables. Por el este lucen los primeros rayitos de sol e irremediablemente se despiden de nosotros por el oeste, un día tras otro, no cesan. Ocupar ese ciclo insaciable es una tarea que nos encomiendan sin preguntar, y cada cual lo hace a su manera (el que puede).

A veces se pedalea cuesta arriba, la mente se apelmaza y nos pesan las piernas,…, siempre llega una conversación, una sonrisa, una anécdota, ese algo que nos hace despertar del mal sueño, y todo nuestro ciclo vuelve a tener sentido, se desvanece el blanco y el negro, la neblina y aparecen los colores…

Aparecerán.