Nunca imaginé su autenticidad, su
versatilidad, su juego, hasta que durante un viaje…plaff!!! agotada la batería digital me sentí tan impotente que se me ocurrió de inmediato descorchar el tapón de un nuevo carrete e
introducirlo en su verdadero hogar,
la cámara analógica (que por suerte llevaba de repuesto).
Desde el preciso momento en el cual se te rebobina por completo el rollo de película, el “click” está limitado por un número establecido (12, 24, 36…) y tu mente piensa y procesa información para otro tipo de "click", un “click selectivo” ya no vale todo, ya no hay un botón con un pequeño cubo de basura en la parte trasera de la carcasa, ya cada vez que el obturador abre sus puertas deja que la luz dibuje siluetas permanentes en el rollo de película oscuro y la cosa cambia…al menos para el que dispara…
Desde el preciso momento en el cual se te rebobina por completo el rollo de película, el “click” está limitado por un número establecido (12, 24, 36…) y tu mente piensa y procesa información para otro tipo de "click", un “click selectivo” ya no vale todo, ya no hay un botón con un pequeño cubo de basura en la parte trasera de la carcasa, ya cada vez que el obturador abre sus puertas deja que la luz dibuje siluetas permanentes en el rollo de película oscuro y la cosa cambia…al menos para el que dispara…
//Técnica de
solarización sobre papel semi-mate y brillante//