miércoles, 14 de septiembre de 2011

Cosas de energía


Siento gran admiración por la dueña de este astuto, noble y fiel compañero. Ella siempre fue la prefe, quizás por su jovialidad, por su voz calma y dulce, por sus sonrisas, abrazos y caricias siempre tiernas, tanto en los momentos de fuertes emociones como en lo simple y cotidiano. Éste Schnauzer gigante, bonachón y delicado si supo intercambiar su extraordinaria energía con la prefe, él no se la perdió, no pudo ser tan torpe de dejar escapar esa grandísima oportunidad. Hasta yo envidio a veces, no tenerla un poquito más cerca, otros siquiera supieron valorar todas esas virtudes.

Un amanecer, relativamente cercano, tuve el privilegio de pegarme un chapuzón y pasear por la orilla con Tucán, y logré que se me pegara un poquito de esa positiva energía que ambos transmiten. Cuando nos pusimos en camino para volver a casa, durante el trayecto descubrí al fin su truco, pude disfrutarlo, y el resto del día ya no fue en blanco y negro.