Rabia me da la apatía
generalizada, rabia me da la queja continua y sin razón, rabia da el
egocentrismo consentido, con prevaricación y cohecho… ¡¡qué rabia!!...
Rabia es pensar que te mienten a
la cara y la sonrisa detrás del abrazo, rabia son las colmenas de cemento en
las que vivimos y lo material, rabia es la desesperación del no entendimiento, la
indecisión, rabia me da el aburrimiento y la vergüenza localizada sólo en
determinadas acciones, el no saber que hacer una mañana, el alcahueteo, el
pensamiento dirigido, el aspirar a la vida americana…
El pescador no conoce esa rabia,
conoce la rabia del hambre, del mal tiempo. No conoce la apatía, ni la queja.
No es egocéntrico sino autosuficiente. El aburrimiento y la vergüenza apenas se
asoman los días de nubes y calma chicha, de su que hacer cotidiano, diario y de
sol a sol. Su rabia es fruto de la no conformidad, es contraria a la derrota. Es coraje y desesperación, es la que nos hace falta.
Rabia, hoy es, la fuente que me
inspira.
“Rabia es la sangre que hierve por conseguir las metas de nuestra imaginación”
(Reincidentes – La rabia)