“Así, pues, ahora, a la mitad del
camino, volveré la cabeza hacia atrás y hacia delante, vaciando mis bienes en
el suelo: enumerando y alineando objetos viejos, rozados y pulidos por el
tiempo, o aún cerrados, enigmáticos, como una pequeña caja de madera. Ya, unos
y otros, han astillado o quemado el marco de madera de la puerta donde marcaron
con muescas nuestro crecer, año tras año. Otros umbrales cruzaré, seguramente,
en cuantos años queden.”
Letras de Ana María Matute en El río.