lunes, 29 de agosto de 2011

Ajedrez de hoy y desgraciadamente de siempre


"Conocía desde luego, por propia experiencia, el misterioso poder de atracción del <<juego de reyes>>, de ese juego entre juegos, el único entre los ideados por el hombre que escapa soberanamente a cualquier tiranía del azar, y otorga los laureles de la victoria exclusivamente al espíritu, o mejor aún, a una forma muy característica de agudeza mental.

¿Pero no es ya el sólo hecho de tildarlo de juego una degradación insultante? (...) ¿No es por azar un vínculo único entre todos los pares de contrarios; antiquísimo y sin embargo siempre nuevo; mecánico en su disposición y sin embargo eficaz tan sólo por obra de la fantasía; limitado a un espacio rígidamente geométrico y a un tiempo ilimitado en sus combinaciones; en perpetuo desarrollo y sin embargo estéril: un pensamiento que no lleva a nada, una matemática que nada calcula, un arte sin obras, una arquitectura sin sustancia, y aún así más manifiestamente perenne en su esencia y existencia que todos los libros y obra de arte. (...)?

¡Qué difícil, por no decir imposible, resulta imaginarse la vida de un hombre de inteligencia despierta, para quien el mundo se reduce a la estrecha senda entre el blanco y el negro (...) un hombre, un ser inteligente, que sin volverse loco dedica un día tras otro, durante diez, veinte, treinta, cuarenta años, la totalidad de su energía mental a la ridícula empresa de acorralar sobre un tablero de madera a un rey también de madera!"

Letras de Stefan Zweig en Novela de ajedrez.