miércoles, 1 de febrero de 2012

Mamá


Sesenta años cumple y su mente es Peter Pan. Yo de mayor quiero ser como ella, como su mente, como su positividad y optimismo. Desde que éramos pequeños nos protege de maravilla, hasta nos ponía la mano delante al frenar mientras conducía…hoy día me sigo sintiendo su copiloto y noto su mano, siempre que existe algún peligro, algún bache, algún imprevisto. Me encantan sus manos. La complicidad me une a ella. El temperamento nos separa algún centímetro. El humor nos equilibra.
Su sinceridad espontánea, a veces, la mete en algún aprieto. El humo del cigarro la persigue, como Peter a su sombra. Por las noches, antes de acostarse, el cigarro la ilumina cual antorcha en oscuridad. Una oscuridad moderna.
Práctica, versátil, saca pecho en momentos difíciles. Los supera, los deja atrás.
A su lado, nunca se echa nada en falta. Todo se arregla y se coloca en su sitio como si vinieran las hadas…pierde sentido lo material. Soñar es lo importante, los sentimientos, las ilusiones, el disfrutar, el viajar desde la cama a rincones insospechados y que sólo te aterrice el ring-ring desgarrador del teléfono que no vas a coger, porque simplemente, no apetece.

Criarse así,…, da gusto.