sábado, 18 de febrero de 2012

Lieja









Ciudad a caballo entre la modernidad y el desorden, con dejes industriales, francófona y limítrofe con Alemania y Holanda. Toda esa mezcla sorprende y le da su toque “casero” de “andar por casa”…papeles en el suelo, payasos por las calles o globos de helio contrarrestan la seriedad de su arquitectura.

Lo mejor es bucear entre recuerdos, volver a viajar, cerrar la cremallera de la maleta llena hasta los topes de ganas de seguir recopilando instantes, avanzado, paseando por la gama de grises con la sonrisa puesta y la mirada perdida…aunque esta vez sea desde el sillón de casa.