Lo retomo, lo retomo todo y por
los
cuatro costados. Vuelvo, sumerjo,
torno, reboto, emano y me desprendo de mi antiguo cuerpo, mudo su piel, fluyo,
como las notas que nacen de la boca del saxo y se abren paso entre los tímpanos
de los presentes, me reconvierto, cojo el compás… y ahora… a ver
quien me para.