Con fuerza, con expresión, con
garra, con la mirada alta y al frente, con convicción y desplante…como las
cosas que ya no quedan o que van quedando menos.
Como el flamenco y
los lunares.
La rosa caída de sus cabellos y
abandonada en el suelo era signo de que se había bailado como dios manda, los pelos de punta, el público clamaba y suspiraba
entre “oléss” porque los escalofríos que les subían desde la punta de los pies los
había hecho levantarse… la madera del “tablao”
desconchada. Así se hace gitana.