Esta nueva etiqueta tendrá sabor a papeles, ampliadoras y luces rojas, rayones, pelos y demás imperfecciones que marcan largas tardes de laboratorio. Allí se respiran químicos entremezclados con sensaciones que cambian a cada tic-tac de segundero. Porque una cosa es sacar un fotón y descubrir que lo es, mirando una pantallita de cristal líquido y otra cosa muy distinta es sacar un fotón, y descubrir las siluetas despacito flotando en el revelador, percibir el contraste adecuado con olor a vinagre y que se te dibuje la sonrisa en el papel semi-mate de 30x40cm sumergido en el fijador… éso, es otra cosa.