Privilegios de la cama
en ella se nace y se muere
se sufre se sueña y se ama
Mario Benedetti
Adoro las camas. Creo que es uno de los mejores inventos del ser
humano. El amor hacia este objeto me lo inculcaron mis padres. A su cama hemos
ido mi hermana y yo muchas mañanas a tumbarnos para hablar de tonterías y para
intentar arreglar el mundo, para soñar entre los cuatro el futuro: el de Bea,
el mío, el de ellos.
De pequeña, cuando me despertaba temprano, me iba corriendo a la
cama grande de la casa. Estaba vacía pero ellos seguían estando un poco. Era
verano y yo ya tenía calor en mi cama, la suya estaba fresquita, con la ventana
de la habitación abierta a la vida.
El tiempo fue pasando y aprendí a soñar en mi cama: dormida y
despierta, éste es el motivo de que a veces me haga tanto la remolona por las
mañanas, de que haya pasado días enteros sin salir de ella. A veces fue por
tristeza, otras porque soñaba cosas demasiado bonitas como para poner los dedos
de mis pies en el suelo.
Adoro mi cama, he amado en ella.
Letras de
Verónica Criado