martes, 29 de enero de 2013

Efectividad

 

Me estaba olvidando de los niños, al final son los únicos que nos recuerdan la picardía que debemos tener y mostrar día a día, la que debemos tener a mano, y utilizar mucho, siempre, a cada rato.

Su capacidad de esconderse del peligro es mucho más efectiva. Hoy me voy a convertir en esta niña, por lo menos hasta dentro de diez u once horas, justo hasta las nueve de la mañana, que dejo otra vez de ser un niño.

Yo como siempre, me ocultaré tras blancos, tras negros, tras grises…

¡¡Divino tesoro!!

lunes, 21 de enero de 2013

A caballo



Poco a poco, ya logro caminar, voy trastabillándome con todo. En el cambio del trote al galope, me desplomo y vuelvo a caer. Tropiezo. En pie de nuevo, me asemejo al soldado que no coge el paso en el desfile, se me nota, se me nota a leguas.

Me abrasa el calor, al sonrojarme agarro las crines, con fuerza, y abrazado a su cuello consigo afianzarme en los estribos, la arritmia disminuye, muy despacio. Los cascos adquieren el compás deseado:    “clock-clock   clock-clock   clock-clock”    el ritmo contra el pavimento me envuelve y tranquiliza…me fascina ese sonido.

No es el galope de Atila, pero me es suficiente. Al menos, voy a caballo.