Me gusta el acento
grave, el nombre en francés.
Compongo sin “gentes”, sin el
bullicio de cientos de personas encerradas en nueve mil pequeñas callejuelas,
estrechas y agitadas, coloreo sin sus colores: amarillos, rojos, azules y violáceos se camuflan en blancos, negros y grises...
Camino y retratro a la vez, con
la prisa de seguir al guía, de no serle pesado al grupo, compongo y casi no me
entero de por dónde voy poniendo los pies…ojo, cámara y el corazón encogido se
alinean, se hacen uno…y la geometría-asimétrica de la Medina me echa un cable, más que un cable, una bobina de hilo.